San Rafael de Cortina hace historia: nace la primera guardia cimarrona en un corregimiento cercano a Magangué
En un hecho sin precedentes para Bolívar, el corregimiento de San Rafael de Cortina, ubicado en las cercanías de Magangué, ha conformado su primera guardia cimarrona, marcando un hito en la defensa de la identidad afrocolombiana y la protección del territorio ancestral.
CULTURA
5/8/20241 min read


Inspirados por el legado de resistencia de comunidades como San Basilio de Palenque, los habitantes de San Rafael de Cortina han decidido organizarse en una guardia cimarrona: una estructura comunitaria que actúa como mecanismo de autocuidado, protección de la ancestralidad y defensa del territorio, con el fin de mantener la autonomía en los consejos comunitarios del pueblo afrocolombiano.
Esta iniciativa no solo representa un acto de resistencia cultural, sino también una respuesta organizada frente a las amenazas que enfrentan las comunidades afrodescendientes en Colombia. La guardia cimarrona se constituye como una forma de resolver conflictos internos y fortalecer la cohesión comunitaria, privilegiando el diálogo y la justicia ancestral sobre la intervención de fuerzas externas.
La creación de esta guardia en San Rafael de Cortina es especialmente significativa, ya que se trata del primer corregimiento cercano a Magangué en adoptar esta forma de organización comunitaria. Este paso refuerza el papel de Bolívar como epicentro de la resistencia afrodescendiente en la región Caribe, donde la historia del cimarronaje y los palenques ha dejado una huella profunda en la identidad cultural de sus habitantes.
Con esta acción, San Rafael de Cortina se suma a un movimiento nacional que busca fortalecer la autonomía de las comunidades afrocolombianas, preservar su patrimonio cultural y garantizar la seguridad y el bienestar de sus miembros a través de estructuras organizativas propias y arraigadas en la tradición.
La conformación de la guardia cimarrona en San Rafael de Cortina no solo es un acto de afirmación cultural, sino también un ejemplo de cómo las comunidades pueden organizarse para enfrentar los desafíos contemporáneos, manteniendo vivas sus raíces y construyendo un futuro basado en la solidaridad y el respeto por la ancestralidad.